Y ahora qué. ¿Cuando dejé de ser
dueña de mis sonrisas? ¿Cuando dejaron de medirse en suspiros por segundo?
Creí que me desplomaría de un momento a otro hasta que
apareciste y todo dio un vuelco. Ahora había algo mas fuerte que me sostenía en
pie, algo más fuerte que no sabía como definir; pero te vi y todo se hizo luz.
No quería salir corriendo como en mis momentos de explicación fisiológica.
Quería no soltarte, impregnarme de todo lo que eras tú. Por fin nos teníamos.
Parecía que nunca llegaría, que las horas nos traicionaban y se ponían de
acuerdo para pasar como eternidades, pero les ganamos el pulso.
Me miraste y me abrazaste, dejé
por unos segundos que el momento de éxtasis se adueñara de mí e hiciese conmigo
lo que quisiese, tanto fue que dejé de tener lucidez para encontrar la salida.
Días atrás giraba la cabeza a la
derecha en mi coche y me repetía, en nada lo tendrás justo ahí. Y se hizo
hecho, te tenía a centímetros de mí, cogiendo mi mano fuerte, demostrándome que
nos estaba pasando de verdad. Que eras tan feliz como yo.
Me sentí fuerte, capaz, poderosa, invencible,
como hacía años no me sentía. Quería vivir cada minuto, intenso a tu lado, no
desperdiciar ni una sola mirada que pudiese regalarte.
Nos hicimos uno. Momento sublime,
incomparable sensación. Desee que no acabase nunca, que te quedases conmigo en
aquel momento de por vida. Fuiste para
mí, como para el pintor su musa.
Wxyz
No hay comentarios:
Publicar un comentario