El día parecía interminable, pero
ya sentada aquí en el escritorio que un día fue de Marcos, dedico un tiempo a
lo que llevaba semanas proponiéndome, Abrir las carpetas de mi ordenador que si
pudieran expresarse, quejosas, se desharían de las telarañas que las recubren;
recuerdo tantas horas que he pasado delante de ellas en algún tiempo de no se
cuanto atrás… Escribiendo, pasando apuntes a formatos compatibles, y hoy, aún
no se porqué, no lo hago con la misma sensación. Me acompaña un tétrico
recuerdo puntual de cuando abría una hoja en blanco solo para evadirme de lo que
había sido el mundo hasta el momento, pasaban los minutos y mi mirada seguía
inerte, impasible y ese papel, impoluto
y con la misma actitud que cuando lo abrí. Me apaciguaba saber que aquello no
me sorprendería bajo ningún concepto. Aquello era esperable y calculado al
milímetro, controlado únicamente por mí.
Justo después, cuando había conseguido lo que quería,
deslizaba mis dedos por las teclas tan brillantes de mi Lap Top y dejaba que lo
rutinario no me dejase pensar mucho más, mecánicamente transcribía esos apuntes
que me salvaban la vida durante aquellos años.
¿Que te marchas? Hazlo, estoy deseando que todo quede tranquilo
a mi alrededor y que deje de torturarme ese cascabel cada vez que entras sin
llamar por la puerta de atrás.
Cuando lo hagas ni te despidas, ni dejes granos de arroz
desde tu habitación hasta la mía, no querré recordar el camino estrecho que ha
supuesto el ahogo estos largos 5 años. Ahora podré dormir por las noches sin “Cazasueños”.
Ya no habrá qué o quién me perturbe el sueño.
Wxyz
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